Si tuviésemos que resumir 2024 en una sola palabra, muchos coincidiríamos, a nivel sociopolítico con describir este pasado año como «cine».
Y, lejos de que la película esté ya en sus créditos finales, estamos recreándonos en escenas del cine español. Almodóvar tiene nuevas chicas y son policías, militares y guardias civiles.
Y no, no os penséis que estas chicas Almodóvar son como la Maura, como Victoria Abril, como cantaría Joaquín Sabina. Lejos de ser mujeres policías, mujeres militares o mujeres guardias civiles, son mujeres transexuales de aspecto no normativo y, además, bolleras.
Quizá sea un poco difícil de entender cómo estas personas se autodefinen. Por si no lo comprendes, te lo explico de otra forma más sencilla: una serie de tíos blancos y heterosexuales policías, militares y guardias civiles han decidido poner en evidencia y en ridículo la famosa Ley Trans de la que tan orgullosa estaba la, de momento, eurodiputada Irene Montero.
¿Cómo? Ya te digo: se autodefinen como mujeres bolleras. Han ido a la administración y se han reasignado su sexo y ahora en el DNI y jurídicamente son mujeres, aunque te sigas llamando Daniel Gallardo, quien, por cierto, es la vicepresidenta de la Asociación TNN.
Esto es simplemente una de las escenas del cine que tenemos en España. Otra es cómo están actuando algunos medios ante la relevancia que están adquiriendo estas maderas bolleras, de aspecto varonil pero muy trans ellas.
El 29 de enero de 2025, se anunció la creación del primer sindicato de policías trans con estética masculina pero sexo registral femenino, denominado Trans No Normativos (TNN). Esta iniciativa, impulsada por miembros de la Policía Nacional, tiene como objetivo abordar problemáticas específicas del colectivo trans no normativo dentro de la institución, como la falta de criterios claros en aspectos como vestuarios y aseos, y combatir la ridiculización y discriminación que han sufrido por parte de medios de comunicación, políticos y personal judicial. Desde su formación en febrero del año anterior, TNN ha enfrentado acusaciones de fraude de ley por parte de algunas organizaciones, a lo que han respondido denunciando actitudes transexcluyentes, nos hace saber The Objective.
Daniel Gallardo, la vicepresidenta, fue entrevistada en el programa En boca de todos, presentado por Nacho Abad. La conversación podría resumirse en una escena de humor irreverente como lo es el de los Monty Python.
«Manos arriba. Esto es inadmisible. Quedan ustedes detenidas». Así podríamos decir que sigue la película.
¿Por qué? Te estarás preguntando. Si la Ley Trans te permite ir a hacer un cambio registral de sexo porque, por el amor de Dios, cómo vamos a hacer filtrar quién es verdaderamente transexual y quién es un notas.
¿De quién es el error entonces? ¿De las maderas bolleras, por ejercer su derecho, según la Ley Trans de Irene, de autodeterminarse como les salga de los cojones; o es error de los redactores y los locos a los que se les pasó por la cabeza que esta ley tenía un mínimo de sentido?
Te dejo que reflexiones. Yo lo tengo claro.
La película no acaba aquí. De hecho, sigo en el resumen.
Obviamente, la culpa es de ellas. Ellos. Elles. Lo que sean.
El periodismo, ese cuarto poder que, en vez de poder es podredumbre, ha atacado sistemáticamente a esta asociación y sindicato legal.
Nos encontramos ante titulares como:
Y así, con los títulos de crédito aún en pantalla, seguimos en esta película de humor negro, sátira involuntaria y guion absurdo, en la que el esperpento supera la ficción. Unos dicen que es fraude de ley, otros que es una consecuencia lógica, y el resto simplemente asiste con palomitas a una historia que, si no fuera real, parecería un guion descartado de Almodóvar o de Berlanga.
Mientras tanto, el show debe continuar. La prensa seguirá haciendo su papel, ya sea de villano o de justiciero, los políticos seguirán sin admitir errores, y las «maderas bolleras» seguirán existiendo, ya sea como burla, como protesta o como una demostración de que las leyes, a veces, no resisten la realidad.
El cine español, en su máxima expresión.

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